temperatura vs productividad

¿Demasiado calor en la nave? Tu equipo lo nota más de lo que crees

Cuando hablamos del calor en una nave industrial, no se trata solo de incomodidad. Si dentro se pasan los 28 °C, la gente empieza a cansarse más rápido, se equivoca más, y al final del día, todo eso se nota en la producción.

Según algunos estudios, la productividad puede caer hasta un 20 % si se trabaja en ambientes calurosos. Y eso sin contar los errores, las bajas o los riesgos que conlleva. Vamos, que no es solo una cuestión de confort.

¿Cómo afecta el calor a los trabajadores?

  • Fatiga térmica: se pierde concentración, cuesta más pensar y aumenta el agotamiento.
  • Deshidratación: provoca lentitud, mareos, bajadas de tensión… incluso desmayos en casos extremos.
  • Más errores: el cuerpo está incómodo, el cerebro se agota y eso se traduce en fallos (y en algunos casos, accidentes).
  • Bajas más frecuentes: cuando se trabaja en calor extremo, el cuerpo pasa factura. Es normal que haya más ausencias.

¿Y qué temperatura se considera aceptable?

Hay unas recomendaciones bastante claras sobre esto. Aquí va un resumen:

  • Trabajo sedentario: entre 17 °C y 24 °C
  • Actividad física media: entre 14 °C y 22 °C
  • Trabajo físico intenso: entre 12 °C y 20 °C

¿Y la realidad? Muchas naves pasan de los 30 °C en verano, sobre todo si tienen techo de chapa y nada de aislamiento o ventilación. Un horno, vamos.

¿Qué se puede hacer sin gastar una fortuna?

No todo es aire acondicionado. Existen soluciones que ayudan bastante sin tener que enchufar nada:

  • Extractores eólicos: sacan el aire caliente acumulado en el techo sin consumir energía.
  • Ventilación cruzada: dejar que el aire entre por un lado y salga por otro. Simple pero eficaz.
  • Aislamiento térmico: evita que el calor entre desde fuera, especialmente por el techo.
  • Pinturas reflectantes: aplicadas en la cubierta metálica, bajan varios grados dentro.

¿Qué beneficios tiene reducir unos grados?

  • La gente rinde más, piensa mejor y se fatiga menos.
  • Se cometen menos errores (y se evitan sustos innecesarios).
  • Mejora el ambiente general, el ánimo… y eso se nota.
  • Menos rotación, menos bajas, menos problemas.

¿Y si ya tienes ese problema en tu nave?

No hace falta adivinar ni probar a ciegas. Lo mejor es hacer un diagnóstico técnico: ver cómo entra el sol, cómo fluye el aire, qué materiales hay en el techo, si hay máquinas que dan calor… todo suma.

En Eccoextractores hacemos un estudio térmico gratuito para que tengas claro qué se puede mejorar. Y si podemos ayudarte con soluciones pasivas, mejor aún. Nada de obras complicadas ni presupuestos imposibles. Solo cosas que funcionen.

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